La FIV se adapta a las necesidades individuales de cada pareja o persona. Los médicos pueden ajustar los protocolos de estimulación ovárica y otras etapas del proceso para maximizar las posibilidades de éxito.
Para muchas parejas, la FIV puede ser la opción que les permita superar problemas de infertilidad que de otro modo podrían dificultar o impedir la concepción.
La FIV puede abordar una variedad de problemas de fertilidad en mujeres y hombres, como problemas ovulatorios, endometriosis, anomalías uterinas, baja calidad de espermatozoides, entre otros.
La FIV con diagnóstico genético preimplantacional (DGP) permite seleccionar embriones libres de ciertas anomalías genéticas, lo que reduce el riesgo de transmitir enfermedades hereditarias.
Las personas que enfrentan tratamientos médicos que podrían afectar su fertilidad, como la quimioterapia, pueden optar por la FIV para congelar embriones u óvulos antes de recibir tratamiento.
Para parejas o individuos que necesitan donantes de esperma u óvulos, la FIV proporciona una forma de combinar material genético de los donantes con el de uno de los miembros de la pareja.
Los médicos pueden controlar el momento de la transferencia embrionaria, lo que puede ser beneficioso para parejas que necesitan coordinar sus horarios o para aquellas que han tenido problemas en el pasado con la implantación.
Los embriones pueden ser examinados y evaluados en el laboratorio antes de la transferencia, lo que puede aumentar las posibilidades de éxito.
La FIV ha demostrado ser una solución exitosa para muchas parejas que no han tenido éxito con otros tratamientos de fertilidad.
La FIV ofrece a las parejas del mismo sexo y a las personas solteras la posibilidad de tener hijos biológicos utilizando donantes de esperma u óvulos y, en algunos casos.
A continuación, te demostramos que la FIV no es el único método en Reproducción Asistida. Es más, puede que una de las siguientes técnicas sean más apropiadas para tu caso personal. ¡Descubre cuáles son!
